aunque no

No hay una sola manera

había extendido su cuerpo blanco hasta desaparcer
en las sabanas
buscaba una respuesta tacita
una respuesta de adentro
un calor que le subiera desde el pecho despacio
más que una certeza
una tranquilidad

estaba

sola

aunque no lo estuviera

fría

aunque no lo estuviera

de a ratos
desconocía por completo el deseo
quedaba paralizada en una boca sin boca
la cara neutra
vacía

de a ratos
le subía un fuego tímido que buscaba otro
y el rozar de la piel era más fuerte
y no había nada que pensar

pero de nuevo
por todo lo ya trabado se trababa

por todo lo ya vivido
no podía vivir
ni dejarse morir

sin opciones
miraba el techo
desesperanzada.

No somos adultos.

-Ah, vos querés decir por qué todo esto. Andá a saber, yo creo que ni vos ni yo tenemos demasiado la culpa. No somos adultos, Lucía. Es un mérito pero se paga caro. Los chicos se tiran siempre de los pelos después de haber jugado. Debe ser algo así. Habría que pensarlo. J.C.

1.13 am

cierro los ojos y me doy cuenta: te sé de memoria.